"El hermano que se viste de nazareno, cumple con el rito hereditario de sus mayores, pero la túnica es algo más: es símbolo, es la vestidura litúrgica. El nazareno se cubre el rostro desde que sale de su casa hasta que regresa a ella y con el antifaz, que es silencio, se adentra en conversación con Dios y, como no lleva signos distintivos, es también la túnica símbolo de humildad y anonimato, y contribución al acto penitencial del día grande del cofrade del Huerto". ¡¡VISTE LA TÚNICA!!

Todos los martes del año, en la Capilla de la Hermandad, acudimos a rezar antes nuestros Sagrados Titulares las preces en su Honor. NO LOS OLVIDES, PORQUE ELLOS NO TE OLVIDAN Y ESTÁN SIEMPRE QUE LOS NECESITAS. (Según el art.15, apartado b del capítulo 2.5 y el art. 88 del capítulo 7.1 de nuestros estatutos,es uno de los deberes de los hermanos de la cofradía acudir todos los martes del año a rezar a la Capilla de la Hermandad)

¡Eterno Padre! Mira propicio al Señor de la Majestad postrado en tierra, y por esas gotas de Sangre con que riega la misma, santifica nuestras almas. Y tú, Jesús Amoroso, por esa agonía que sufriste en el Huerto de Getsemaní, purifica nuestras inteligencias, inflama nuestras voluntades, y ordena nuestras inclinaciones, para cumplir tu Santa Voluntad, como la cumplen los Ángeles del Cielo. Amén.

¡Piadosísima Señora Virgen María traspasada de dolor! Mira tu Hermandad, y pues eres Abogada de los Pecadores y la Mediadora de todas las Gracias, pide a tu Divino Hijo, nos conceda de un modo eficaz, cumplir como buenos hijos y Hermanos de ésta tu Hermandad. Tuyos somos y tuyos queremos ser. Tú eres nuestra Alegría, Tú nuestro Consuelo, Tú nuestro Amor, Tú nuestro Anhelo. Señora Reina y Madre, concédenos ser siempre fieles a las promesas de nuestro Bautismo, para que renunciando al pecado, vivamos y muramos bajo tu mirada maternal. Amén

¡Divino Niño Jesús! Embeleso de los Ángeles, alegría de las almas justas y corona de todos los Santos, Jesús amoroso en quien el Padre puso todas sus complacencias y que para satisfacer por nuestros pecados, te encarnaste en las entrañas de María Virgen. Te pedimos Niño Divino, nos enseñes el camino de la Santidad que mana de tus ojos, para que siguiendo tus huellas, podamos ver tu rostro en el Cielo. Amén.

Bienaventurado San Vicente, modelo de vida religiosa, ejemplo de fidelidad evangélica y predicador admirable de la palabra eterna: Concede a nuestra hermandad saber recoger el testimonio que nos legaron nuestros antepasados, vivir el presente con alegre esfuerzo y entrega generosa y abrir el camino al futuro transmitiendo la antorcha de la Fe, con el espíritu evangelizador con que tú sembraste la verdad de Cristo en nuestras tierras. Ruega al buen Dios para que mantengamos la fraternidad y la concordia, y en todo demos testimonio de hijos de la luz. Pide a María Santísima que nuestros cultos y demás actividades lleven el sello de un verdadero apostolado, buscando el bien de las almas. San Vicente Ferrer: Ruega por nosotros