Hoy cuarto día de Quinario
“Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido, estaba perdido y lo hemos encontrado”
En el tercer día de Quinario, Fray Francisco José nos habló de la parábola del hijo pródigo.
Cuando pecamos damos la espalda a Dios, pero Él es el Padre, y es un Padre que nos permite marcharnos y experimentar.
Si decidimos volver a Él con arrepentimiento, no nos recibirá con reproches. Al contrario, se alegrará y nos acogerá con todo el amor que un Padre puede dar a su hijo.
Y nosotros, hijos del mismo Padre, debemos tratar a nuestros hermanos con la misma misericordia que el Padre nos transmite
Porque Él, en esa misericordia, es el Padre que nunca abandona a sus hijos. Como no abandonó a Jesús Orante en Getsemaní, respondiéndole en la mañana de Pascua, indicándole que el final del camino era la Resurrección y la Vida.